Ya de regreso de unas agradables vacaciones de invierno en compañía de mi hijo y mi pololo, debo reconocer que no estoy muy segura de haber "descansado" en realidad... pero sí, que lo pasamos muy bien, recorriendo algunas playas de nuestro litoral central.
Es entretenida la playa en invierno.
En mi opinión, es cuando se puede disfrutar de verdad, ya que en el verano es literalmente un hormiguero humano. Lleno de gente, toallas y quitasoles, que hacen casi imposible caminar sin tropezarse con las personas tendidas sobre la arena.
También conocí una de las casas de quien fuera uno de nuestros premios Nobel. Me refiero a Pablo Neruda.
Estuve en Isla Negra y pude recorrer algunos lugares de donde él vivió sus últimos años. En ese "barco en tierra", que tiene una vista increíble hacia el océano.
¡Que manera de coleccionar cosas! Lamentablemente no se pueden tomar fotos en el interior del recinto, pero había una cantidad de mascarones de barcos, barcos en miniatura dentro de frascos, botellones de diferentes colores, caracolas y conchitas de todas las formas y tamaños, hasta "guateros" antiguos y un caballo de madera rescatado de un negocio que se dedicaba a vender cosas de cuero y que se incendió; figuras de madera de Isla de Pascua y otros muchos lugares que él recorrió a lo largo de su vida, arenas de playas de otros países, en resumen, una infinidad de cosas que, de verdad me sorprendieron.
Y al final del recorrido, su tumba mirando al mar por cierto, en donde descansan sus restos junto a quien fuera su última esposa.
Fue un bello y muy entretenido recorrido por la historia.
En fin, ahora con las pilas recargadas, a retomar las actividades laborales con más energía para lo que queda de éste 2013 del que ya hemos recorrido más de la mitad.
